La roza con los dedos. La tuvo varios minutos de forma matemática e irrefutable, pero al final, la fiesta se quedó incompleta. Porque aunque solo en un 0,5% de los infinitos escenarios que se pueden dar el próximo domingo, queda aun que rematar ese último arreón, y confiarse pensando que está todo hecho sería un error. Pero a ver quien no sueña con quedarse otro año más en Primera.
Podemos escribir estoy hoy gracias a la victoria que fraguó hoy el Cádiz frente al Celta, que la construyó en dos actos distintos, pero que demostró durante los más de 100 minutos de juego, una valentía y una decisión que sin duda fueron diferenciales y que no todos los equipos de la zona baja han podido demostrar esta jornada. Y los amarillos recogieron su premio a su tesón y a su actitud.
El primer tiempo fue dominado de principio a fin por los locales. Quitando un par de sustos iniciales, los cadistas fueron los únicos que pusieron juego, lucha y ocasiones. El Celta fue un juguete en manos de un Cádiz que de tener más capacidad de definición, se hubiera roto sin necesidad de ir al segundo acto.
Es verdad que las ocasiones brillaban por su ausencia (Bongonda tuvo la mejor en un latigazo con la zurda) hasta que empezó el show enésimo de Hernández Hernández, ahora en el VAR. En el minuto 33 de nuevo el congoleño entraba como un puñal en el área, y Javi Galán luchaba con él, terminado el cadista en el suelo. El árbitro señala penalti que, ciertamente, era muy discutible. Pero lo que desde luego, no había duda de que había contacto y que no era ni de lejos, un error claro, obvio y manifiesto. Aún así, el colegiado se salta el protocolo de forma flagrante y llama a su colega, que después de verlo en la pantalla, decide desdecirse. Casi nunca pasa. Pero hoy tocó.
Poco después, en el minuto 40, Choco Lozano marca tras doble rechace del portero, aprovechando un gran centro de Iza (los mismos protagonistas que en el gol salvador de Vitoria hace un año). De nuevo el colegiado de campo y sus linieres dan el gol, pero el trencilla canario en la sala VOR lo anula por un fuera de juego con unas líneas más que dudosas. En fin.
Tras la reanudación, los de Sergio González siguieron el mismo guión, agarrando del cuello a su rival, hasta que terminó por propinarle el primer (y definitivo a la postre mazazo). Un jugadón de locura de Escalante en la frontal, tras deshacerse de tres contrarios, asiste a Sobrino que con temple, la manda a las redes. Locura en Carranza/Mirandilla.
Con el gol, se invierte el equilibrio, algo normal. El técnico cadista da entrada a San Emeterio para cimentar la medular, mientras que su homólogo celtiña mete toda su artillería, tirando de Paciencia y Aspas, ambos algo tocados. Eso, y el lógico cambio de actitud en ambos equipos (uno buscando el empate; el otro queriendo mantener su ventaja), hace que el cuadro gallego sea ahora el que lleve la iniciativa. Y si bien se viven momentos de tensión (¡queda todavía media hora!), lo cierto es que Ledesma no tiene que hacer grandes paradas de mérito, pero el bombardeo de balones al área es asfixiante.
Por su parte, el cuadro andaluz se encomienda al ataque, y por poco no termina de rematar la faena. Primero Sobrino recibió un pase para quedarse solo, pero fue incapaz de controlar y culminar el cara a cara contra el portero sin oposición; luego en el minuto 84 San Emeterio metía un pase interior que dejaba solo a Alcaraz y al Pacha, pero los dos se estorban cuando apenas tenían que engatillar para hacer el segundo, y por último, ya en el descuento, Roger mandó un balón al palo en un remate de cabeza espectcular (Iván Alejo mandó el rechace a las nubes teniendo todo el tiempo del mundo para intentarlo).
A pesar del sufrimiento inenarrable de un larguísimo descuento, el colegiado pitaba el final y los amarillos se ponían en 41 puntos. Solo una carámbola maquiavélica puede mandarnos a Segunda, pero ahí está. Lo mejor, concentrase en ganar en Elche y no pasar las angustias radiofónicas del año pasado. Un último arreón, ¡VAMOS! ¡ESE CADI OE!
Foto: cadizcf.com