Perder en la visita a la Real Sociedad entraba dentro de lo posible, pero la sensación que queda, después de una jornada tan nefasta para nuestros intereses, es verdaderamente pésima. Fuimos los únicos en no sumar en esta jornada (Alavés y Granada ganaron, y el Mallorca sacó un punto en el campo del Sevilla), y a falta de dos fechas, si bien dependemos de nosotros mismos, tenemos de largo el peor calendario de los equipos de abajo.
El equipo cadista no hizo un buen partido, aunque mostró las buenas maneras que viene demostrando toda esta segunda vuelta, y por momento mordió y encerró a su rival. Se luchó de principio a fin pero faltó contundencia, algo de suerte (el 1-0 está en el límite del fuera de juego, que sería luego milimétrico en contra en el tanto de Idrissi que pudo ser el 1-1), y resiliciencia para encajar los dos mazazos que fueron los dos primeros goles.
Porque en ambas partes, salió el Cádiz con mucha decisión. En el primer tiempo los amarillos (otra vez ese horrible pantalón amarillo) arrollaron a los locales, enseñando ya los dientes cuando apenas habían pasado tres minutos. Daba mejores sensaciones el cuadro de Sergio González, pero cuando mejor estaban, llegó el golpe del primer gol (tras una genialidad de Silva, que fue una pesadilla todo el partido, recordando al fantástico jugador que fue), que mandó a la lona a los andaluces. Los siguientes minutos fueron un suplicio para la defensa cadista, que no encajó el segundo de puro milagro, tras un rosario de ocasiones albiazules.
Cuando peor lo pasaba el Cádiz, llegó el tanto de Idrissi tras una jugada de tiralíneas, que requirió más de dos minutos de VAR para determinar que era fuera de juego. Es imposible saber todavía si realmente lo fue o no. El campo se inclinó ahora hacia la otra portería, con el Cádiz arrinconando a su rival, que terminó pidiendo la hora. Salvado por la campana.
No cambió la decoración tras el descanso, con los cadistas volcados contra Remiro. Presión alta para robar pronto y enseguida buscar la portería rival. Alex Fernández fue el que más cerca estuvo de marcar. Y otra vez como en el primer acto, Silva se erige protagonista, Alarcón le hace penalti, balón a la red, y el Cádiz pierde el conocimiento. Ahí acabó el partido.
Ni la batería de cambios de Sergio consiguió ilusionar y hacer parecer que se podía todavía pelear el resultado. Lo intentaba el Cádiz de todas las maneras, pero nada le salía. Por si fuera poco, Iván Alejo se lesionaba (tras una durísima entrada que no dio ni para falta según el árbitro, no digamos amarilla) cuando hacía apenas cinco minutos que había ingresado en el campo. Hay días que es mejor no levantarse de la cama.
Fiel a la tradición, la visita a la Real Sociedad fue un suplicio para los cadistas, de donde siempre salen escaldados. Hoy otra vez. No queda más remedio que encomendarse a los suplentes del Real Madrid y a las ganas y motivación que tienen que tener los nuestros. No esperemos nada de los rivales del resto de equipos, esto solo lo podemos salvar nosotros.
Foto: cadizcf.com