¿Queda mucho? Muchísimo. ¿Es normal que el Cádiz sufra? Todo lo que no sea eso es totalmente ilógico. No preocupan los resultados (que también, ya es el cuarto partido de nueve en el que el Cádiz no marca, ni se acerca a hacerlo), lo que preocupa es que se hayan perdido las señas de identidad de este equipo. Que el once inicial cambie cada semana. Eso sí preocupa.
Y es que el Cádiz ha vuelto a perder por permitir opciones al rival en ataque que no debería permitir. Por dejar de asegurar la puerta abajo con un candado y esperar su oportunidad para golpear. El Cádiz se entregó desde el principio hoy a un intercambio de golpes con mucho cambio abierto, que era lo que le proponía el Español, y los amarillos picaron el anzuelo. Es verdad que en los primeros minutos los cadistas rondaron el área rival, pero cuando lo hacían, carecían de la pegada necesaria. Choco Lozano, Sobrino, Salvi...llegaban pero ni atinaban con el disparo, ni con el pase de la muerte.
Algo que es menos problema para un equipo que tiene a gente de la calidad de Raúl de Tomas, Darder, etc...Los delanteros periquitos iban poco a poco buscando los espacios, las imprecisiones, las debilidades que iban dejando los zagueros cadistas, que se encomendaban todo el tiempo a que Fali y Jonsson (inmenso el danés otra vez hasta que su propio equipo le reventó los pulmones) cerraran a tiempo y ayudaran.
Es cierto que en la primera parte el cuadro visitante daba buenas señales, pero es que cada vez que el Español pisaba área...temblaba todo Cádiz. Las ocasiones de Raúl de Tomás (con un disparo al palo tras desviar Haroyan o en un mano a mano contra Ledesma), nos iban dando la pista de lo que terminaría ocurriendo justo antes de irnos al descanso. Córner inconcebiblemente concedido por Iza, que tras otro saque de esquina, termina en una serie de disparos que finalmente remacha a gol el genial delantero blanquiazul. Mazazo monumental cuando el Cádiz estaba a punto de terminar la mitad del trabajo.
La empresa se volvía harto más difícil teniendo que remontar un gol. Le puso ganas el cuadro de Alvaro Cervera, pero sus recursos arriba volvieron a ser romos, totalmente inofensivos. El Español se iba acomodando esperando su momento para asestar el golpe definitivo. Y así fue. En el minuto 65 Melamed entró en el área como si estuviera en su casa, y a pesar de estar rodeado de camisetas amarillas, armó el disparo que Chust desvió a su propia portería. Fue una jugada de mala suerte, pero habría terminado cayendo antes o después. El único equipo que iba a marcar otro gol hoy era el local. El Cádiz no asustaba a nadie.
El duelo terminó con ese segundo gol, pese a los cambios de Cervera. Negredo y Alvaro Jiménez tuvieron sendas ocasiones, pero el acoso del Cádiz llegaba tarde y con demasiada montaña que subir. Otro día el cuadro amarillo volvía a dar sensación de no marcar ni aunque le dejaran solo sin portero.
Se viene ahora un duelo que se antoja vital, frente al Alavés, rival directo por la permanencia, como lo fue el año pasado. Tiene el Cádiz y Cervera que volver a reponer sus constantes vitales, y a ser reconocibles, o esto se va a poner muy feo.
Foto: cadizcf.com