Hace una semana el Cádiz empataba en Elche con muy poco brillo, mientras que Almería y Huesca daban un tremendo bocado a la clasificación, que se comprimía. El pesimismo se adueñaba de la afición. Hoy, estamos casi celebrando un ascenso a Primera.
El fútbol, y más en este mundo loco post-confinamiento, cambia a cada minuto. El Cádiz por fin, ha vuelto a sus raíces (tercer partido consecutivo sin encajar) y desde ahí, ha crecido en el momento exacto, en el momento de la verdad, en el que años anteriores flaqueó. Siete de los últimos nueve puntos, más los traspiés de los rivales, deja a los de Cervera a las puertas del retorno a la máxima categoría, quince años después.
Un partido sin mayor misterio, con las recetas básicas de Cervera. Seguridad atrás (el fin de temporada de Marcos Mauro y Cala es para enmarcar), un centro del campo bien atado (otro excelente partido de Sergio González, acompañado por el liderazgo de Jose Mari) y un Choco Lozano en estado de gracia, que no solo marca goles decisivos, sino que además da aire a su equipo para darles tiempo a incorporarse.
La primera parte solo tuvo color amarillo, incluso después del gol. Dominio total y cero apuros en la zaga, mientras pasaban los minutos ante un Extremadura que no encontraba el camino para probar a Cifuentes. Tras el descanso, el escenario fue exactamente el mismo. Pero la falta de contundencia arriba, permitió que los locales se fueran arriba y terminaran encontrando las vías que les permitían los gaditanos.
Tanto fue así que hubo ocasiones para los extremeños, que por fortuna, no llegaron a buen puerto. También pudo el Cádiz sentenciar si Nano Mesa o Malbasic no hubieran marrado las clarísimas ocasiones que tuvieron.
Al final se quedaron las cosas como estaban...un triunfo que es casi definitivo para este sueño que ya tocamos con los dedos.
Vamos Cádiz, ¡un solo paso más!
Foto: La Liga