Jarro de agua fría, muy fría, después de la derrota del Cádiz ante el Tenerife. Sea por la expulsión (rigurosa) de Jose Mari (muy polémica incluso dentro de la afición), sea por la evidente caída del equipo en defensa (seguimos encajando cada semana), sea por la falta de juego que ya se veía once contra once, el sabor de boca que queda es muy amargo.
Había muchas ganas del partido contra los canarios. Que a la tercera (en casa) fuera la vencida, que tras el indulto de los rivales (que no terminan de aprovechar los empates cadistas) era el momento de dar un golpe de la mesa, que una victoria podía dejar casi sentenciado el ascenso...eran muchas las razones para ilusionarse con el choque frente al Tenerife.
Pero el equipo isleño demostró desde el pitido inicial que es uno de los que mejor ha vuelto tras el parón. Su juego era mucho más vistoso, rápido y punzante de lo que podía hacer el cuadro de Cervera. De hecho, Jose Mari tuvo que salvar ya el 0-1 bajo palos en un córner.
Y sería el roteño el protagonista del partido, cuando en el minuto 21 era expulsado tras una dura entrada a destiempo frente a un rival. Con polémica y discusión dentro de la propia afición cadista, lo cierto es que el centrocampista se iba a la caseta (por segunda vez este año) y ahí se terminaba el partido. El Cádiz a partir de ahí se aculó atrás y dejó el control total del choque a un rival que estaba ya a tope antes de ser uno más.
Para colmo, el tanto llegó en el peor momento, al borde del descanso, lo que habría dado quizás alas a los locales para renovar las energías de cara al segundo tiempo. Pero en una jugada pésimamente defendida, con Dani Gómez llegando solo, remachaba el 0-1 y ahí sí que el partido caía del lado visitante.
Si quedaba alguna duda, nada más volver del descanso, el mismo protagonista de nuevo aprovechaba un centro lateral mal defendido para machacar a Cifuentes y ahora sí, firmar la sentencia. De ahí al final, todo lo que pudo pasar, salvando algún arreón, fue si acaso que llegara otro gol de los de fuera. Toque, toque y toque sin que el Cádiz pusiera en ningún momento en peligro la victoria tinerfeñista.
Para rematar el pésimo día, la tarjeta de Iza, cuando ya el partido agonizaba, añade otra baja para el siguiente asalto, y Cala fue también amonestado a pesar de estar en la grada. Cervera no dudó, como siempre, en decir las cosas claras en la rueda de prensa y llamar la atención a sus jugadores por conceder esos errores.
No queda otra que seguir remando y continuar esta lucha contra el reloj
Foto: cadizcf.com