Racing, Numancia, Oviedo, Almería...y ahora Huesca. Hay que ir siempre con la máxima prudencia, pero son demasiadas veces ya que el Cádiz salva los muebles con ese toque de suerte que a veces hay que tener, o mejor, saber encontrar.
Estábamos ya todos maldiciendo una derrota que nos podía salir cara al tratarse de un rival directo (algunos medios publicaron inclusos sus crónicas online demasiado pronto y tuvieron que rectificar), cuando el Cádiz volvió a apurar los segundos, y encontró petróleo en un penalti tan absurdo como claro de un rival que no pudo con un Salvi que había salido hacía poco, en el intento desesperado de Cervera de pescar el empate que finalmente terminó encontrando.
Alex Fernández nivelaba el marcador con un lanzamiento perfecto pero que casi le adivina el portero (todavía estamos aguantando la respiración) y rescataba así un punto que no hay que esperar al final de la temporada para saber que es oro puro.
Cervera sacó un once de clara contención, con un centro del campo inédito (Bodiger, Edu Ramos y Jose Mari) que buscaba evitar el juego de su rival. La responsabilidad de crear el juego pasaba por Jurado, que repetía titularidad. El objetivo se cumplió en el primer acto, en el que los amarillos (que horror ese pantalón blanco).
Pero en el segundo, otra jugada mal defendida dio lugar al 1-0 oscense, y a tener otra vez que tirar de casta y lucha para remontar. Otra vez. Cervera dio entrada a su mago, Alex Fernández, y aunque con más corazón que cabeza, el partido se empezó a caer un poquito hacia la portería local, hasta que llegó el desenlance antes contado.
Una jornada menos, y continuamos en el liderato. La suerte del campeón.
Foto: cadizcf.com