Ariete espigado, de poderosa zancada y endiablada velocidad, comienza a sonar al gran público cuando Claudio le permite debutar en el último partido de la temporada regular 2014-15, en la visita al Arroyo, en la que el campeonato ya estaba decidido.

Un año después, el jugador está harto a meter goles con el filial (terminaría la campaña con más de 20 dianas) y su nombre empieza a ser reclamado por muchos como el delantero que venga a arreglar los graves problemas de gol que padece el equipo, que depende en exclusiva de Güiza para esa finalidad, con Wilson Cuero totalmente negado de cara a la portería.

Sin embargo, el chiclanero parece no contar para Claudio. Pese a ello, no ceja en su empeño y continúa marcando con el B casi todas las semanas. Ante el problema endémico del gol (empeorado con la llegada de Despotovic, peor aún en ese rol que su precedesor colombiano), en su último partido en el banquillo, a la desesperada, convoca al delantero y le da algunos minutos. No fueron suficientes y el técnico valenciano cae.

A la semana siguiente y con Cervera de estreno, Román no sólo es convocado; sale de titular en el primer encuentro del técnico guineano. Parece que por fin ha llegado la persona que le dará la confianza suficiente para dar el salto al primer equipo.

Por desgracia, la ilusión le dura poco. El jugador acaba contrato en apenas unas semanas y las negociaciones con su agente, que denuncia públicamente el trato que está recibiendo del club por entender que "no es serio ni formal", caen definitivamente en contra del futbolista. Casualidad o no, relacionado con esto o no, el futbolista, pasa de ser titular a ni siquiera viajar a Jaén cuando el equipo ya no se está jugando nada y Cervera está haciendo probaturas. Obvia decir que si no contó para esa minipretemporada, no tuvo ninguna oportunidad en el playoff de ascenso. Se llega así al 30 de junio, el contrato finaliza y ambas partes (club y jugador) continúan caminos separados.

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