En el Cádiz desde cadetes, asciende del juvenil al primer equipo directamente, firmando un contrato por cinco temporadas en el verano de 2012.

En su primera temporada, tiene una actuación bastante aceptable. Pese a ser novato en la categoría, demuestra desparpajo, y que no le tiene miedo el envite. No obstante, sí que se le adivinan ciertas carencias, especialmente en la faceta defensiva, que le cuestan algún que otro disgusto al equipo.

La campaña 2013-14 la pasa prácticamente en blanco. Las lesiones se ceban con él, especialmente en sus rodillas, y bastante tiene con poder recuperarse.

Llegamos así a la campaña 2014-15. Parece que este año sí, le llega su momento. Tras una temporada prácticamente en blanco por sus continuos problemas de lesiones, como se ha dicho, la vida se da la vuelta, y es ahora él el que se beneficia del mal de otro compañero, Andrés, que no termina de recuperar sus tobillos. Así, el canterano empieza como fijo en el lateral izquierdo, pero su rendimiento no pasa de ser discreto, con algunas actuaciones que le cuestan serias críticas, como por ejemplo la de La Condomina, donde varias entregas de balón nefastas ponen en riesgo su portería.

El algecireño, no obstante, tiene ese “pelín” de suerte, y cuando parece que su competencia por el puesto, el mencionado Sánchez, va a emerger de nuevo, cae lesionado de cierta importancia Oscar Rubio, para el que no hay recambio real en la banda derecha. Así, Calderón decide seguir apostando por Tomás para la zurda, mientras que Andrés se ocupara del carril derecho.

La suerte parece que se le acaba cuando Claudio arriba a Carranza. El valenciano advierte enseguida las capacidades de Andrés Sánchez, al que devuelve a su sitio natural (donde genera un peligro colosal cuando pasa del medio campo), y para el lateral derecho, tira de Mantecón, que le soluciona la papeleta. Así, al canterano le toca pasar de jugar los partidos completos, a no despegar el trasero del banquillo, totalmente eclipsado. 

Situación no obstante, que habría de durar poco, puesto que Andrés vuelve a recaer por enésima vez de su lesión. Así que en el tramo final de liga, el canterano vuelve a escena. Más aún cuando el murciano se rompe del todo justo antes del playoff. Rotura de tibia y peroné. Se abre entonces un debate sobre si fichar o no a alguien en su posición, y si eso sería una "afrenta" para el jugador. La dirección deportiva por supuesto, no lo duda, no hay lugar para personalismos, y aprovecha la normativa de la RFEF para incoporar, para la fase final, a Prada. Hay otra vez debate sobre quien debe jugar en el lateral izquierdo.

Tomás terminaría jugando los 180 minutos del doble duelo frente al Oviedo. Desastre absoluto. Tanto en Cádiz como en Oviedo, los asturianos cargaron casi todo el juego de ataque por su banda. El canterano, claramente desbordado, ve como, tras consumarse el desastre, Claudio lo manda a la nevera. Prada es ahora el elegido, para jugar contra el Hércules. Igualmente, el ex del Zamora es titular en San Mamés. Otro desastre absoluto. Claudio vuelve a dar otro bandazo, y Tomás es titular de nuevo en casa frente al filial vizcaíno. Da igual lo que haga, el Cádiz está otra vez en Segunda B.

La campaña 2015-2016, con Andrés fuera de combate todavía, la empieza como una moto. Ante la falta de competencia en su puesto, el canterano lo juega absolutamente todo, liga y copa. El técnico parece haber recuperado la confianza en él, pero es sólo un espejismo. A partir de la décima jornada, en la que Andrés Sánchez ya está para jugar, no disputaría ni un minuto, ¡ni un solo minuto! El murciano no pasa por su mejor momento, pero Claudio termina demostrando que no confía en el canterano, al que se termina cediendo al Granada B en el mercado invernal (aunque a la vez, su contrato es ampliado por varias temporadas).

De ahí fue pasando de cesión en cesión (otro año completo en el Granada B y luego el Toledo) hasta que finalmente fue traspasado en el verano de 2018 al CD Ejido. 

Foto: portalcadista.com