Sábado, 21 de Noviembre. 08:00 h.
Llamada telefónica del Bixo para avisar que viene de camino. Qué corta se me ha hecho al noche, carajo... parece mentira que madrugue más para ir a ver al Cádiz que para ir a currar. Maite y Kiko finalmente se han rajao y deciden no incorporarse a la expedición a tierras catalanas, lo que me hace sospechar que algo se temían. Fijo. Con los primos esperando ya abajo recojo rápidamente y salgo a su encuentro. El aeropuerto y el vuelo superlowcost de Ryanair nos esperan.
Pasamos el control sin grandes sobresaltos, cosa extraña con Sergio entre nuestras filas, y hacemos cola para entrar al avión. Poco a poco vemos que llegan viejos amigos y así se incorporan inesperadamente a la expedición los que serían nuestros compañeros de correrías Laura, Juan, Yoli y Diego. Con algo de retraso sale el vuelo y no queda más remedio que echar una cabezadita.
Una vez en el aeropuerto gerundés (que no girondins) pillamos un taxis que nos lleve a la ciudad. Somos 7 y nos lo podemos permitir, qué coño. Además, pillar el bus es de obreros... je, je. Con la pertinente visita a la oficina de turismo para pillar unos planitos y que nos digan qué se puede hacer en este pequeño lugar, nos separamos para tomar posesión de nuestros alojamientos. Bueno... se fueron estos porque a los primos nos faltó tiempo para meternos en un bar a tomar unas Damm y unos pinchos de tortilla con pantumaca. Después de saciar nuestras necesidades fisiológicas primarias al fin vamos a lo que sería nuestro centro de operaciones: la ya mítica Pensió Borrás. Una oscura y sórdida habitación para tres sería el lugar de nuestros escasos descansos.
Reunidos de nuevo en el bar nos disponemos a hacer una breve visita por los lugares más típicos de Girona, pero pronto nos damos cuenta que es mejor dejarlo para el día siguiente y decidimos ir a comer pronto porque el partido nos lo han puesto a las 4 de la tarde. Recibo una llamada de Néstor, que viene de Toulousse camino de Barcelona para ver a los Quireboys, y se viene al papeo con nosotros. Entre butifarras, papas de Olot, arroces varios y decenas de cervezas, José Luis nos instruye en la tradición cinematográfica de la región; parece ser que por estos lares se han rodado incontables películas porno. Sergio se pone cachondo y dice que se folla encima y nos cuenta una nueva historia de lo que le pasó en el dedo. Qué paciencia...
Sin embargo en la segunda parte iba a cambiar radicalmente la cosa. A los pocos minutos los catalanes nos cuelan el primero con un disparo desde fuera del área bien centradito. Todos vimos por donde iba a ir el balón antes de que el delantero rematara. Bueno... todos, menos Zlamal (Paco). Pocos minutos después el árbitro se inventa un penalty tras una alocada salida de Paco (digo Zlamal). Así que nada... casi sin enterarnos ya palmamos 2-0 y el partido tirado a la basura. Menos mal que Gracia reaccionó y decidió amarrar el resultado. O esos es lo que se deduce con los cambios que hizo quitando a Ogbeche (el único que llevaba algo de peligro) y otras genialidades similares. Resultado: dos golitos más del Girona. Apaga y vámonos, picha... los muertos del Cadi.
Para colmo, los jugadores toman las de villadiego y no se dignan a saludar al personal. Digo yo que, por muy mosqueado que estés, cuando estás jugando a más de 1200 kms de tu casa, y tienes una grada llena de camisetas amarillas, que, a diferencia de los que pisan el campo, no son profesionales, a los que, en lugar de ganar dinero con eso, les cuesta el suyo (y que no sobra precisamente) y no poco tiempo, lo mínimo que debes hacer es mandarles un saludo y agradecerles el apoyo, máxime, después de lo que han tenido que ver en este partido en particular.
Tras el partido, Néstor se va y nosotros nos vamos a patita al centro. La tarde se presenta deportiva: el Atleti juega a las 6, el Madrid a las 8 y el Barça a las 10... menudo planazo!!! Viendo el partido de los colchoneros cerquita de la pensión, vamos haciendo turnos para asearnos por dentro y por fuera. El pobre Sr. Borrás va a tener que cobrarnos un extra para poder pagar al fontanero... esas cosas no se destascan tan fácilmente....
Para ver el partido del trampas nos metemos en la cervecería Excalibur donde nos obsequiamos con ricas viandas espumosas de diversos puntos del planeta. Creo que Sergio ya va borracho y que se lo digamos no le hace mucha gracia (ayyyyy...). De allí vamos al Museu del Vi, un restaurante muy majo donde además se podía ver el partido del trampes. Costillas de cabrito, entrecots a la parrilla, conejo con ali oli, escalivadas y vino de la casa son nuestras viandas. Con el estómago bien lleno al fin llega el momento de tomarse unos cubas.
Domingo 22 de noviembre. 13:00 h.
CREACIÓN FICHA: 27/11/2009
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 27/11/2009
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