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13. Girona - Cádiz (21/11/2009)

Sábado, 21 de Noviembre. 08:00 h.

Llamada telefónica del Bixo para avisar que viene de camino. Qué corta se me ha hecho al noche, carajo... parece mentira que madrugue más para ir a ver al Cádiz que para ir a currar. Maite y Kiko finalmente se han rajao y deciden no incorporarse a la expedición a tierras catalanas, lo que me hace sospechar que algo se temían. Fijo. Con los primos esperando ya abajo recojo rápidamente y salgo a su encuentro. El aeropuerto y el vuelo superlowcost de Ryanair nos esperan.

Pasamos el control sin grandes sobresaltos, cosa extraña con Sergio entre nuestras filas, y hacemos cola para entrar al avión. Poco a poco vemos que llegan viejos amigos y así se incorporan inesperadamente a la expedición los que serían nuestros compañeros de correrías Laura, Juan, Yoli y Diego. Con algo de retraso sale el vuelo y no queda más remedio que echar una cabezadita.

Una vez en el aeropuerto gerundés (que no girondins) pillamos un taxis que nos lleve a la ciudad. Somos 7 y nos lo podemos permitir, qué coño. Además, pillar el bus es de obreros... je, je. Con la pertinente visita a la oficina de turismo para pillar unos planitos y que nos digan qué se puede hacer en este pequeño lugar, nos separamos para tomar posesión de nuestros alojamientos. Bueno... se fueron estos porque a los primos nos faltó tiempo para meternos en un bar a tomar unas Damm y unos pinchos de tortilla con pantumaca. Después de saciar nuestras necesidades fisiológicas primarias al fin vamos a lo que sería nuestro centro de operaciones: la ya mítica Pensió Borrás. Una oscura y sórdida habitación para tres sería el lugar de nuestros escasos descansos.

 

 

Reunidos de nuevo en el bar nos disponemos a hacer una breve visita por los lugares más típicos de Girona, pero pronto nos damos cuenta que es mejor dejarlo para el día siguiente y decidimos ir a comer pronto porque el partido nos lo han puesto a las 4 de la tarde. Recibo una llamada de Néstor, que viene de Toulousse camino de Barcelona para ver a los Quireboys, y se viene al papeo con nosotros. Entre butifarras, papas de Olot, arroces varios y decenas de cervezas, José Luis nos instruye en la tradición cinematográfica de la región; parece ser que por estos lares se han rodado incontables películas porno. Sergio se pone cachondo y dice que se folla encima y nos cuenta una nueva historia de lo que le pasó en el dedo. Qué paciencia...

Se hace la hora de partir (y de la siesta), que además no tenemos ni idea de dónde pilla el estadio. Néstor se ofrece amablemente a llevarnos y de paso se apunta también al partido. Tras alguna vuelta que otra por el extrarradio llegamos al fin al Estadio Montilivi. Increíblemente ponemos la pancarta mientras el árbitro pita el inicio del partido... espero que no se vuelva a repetir... la tradición es la tradición!!!

En la grada había bastante más cadistas de los que pensábamos, unos 300, casi todos de la Peña Los Condenaos de la vecina Pineda de Mar. La animación no es que fuera excesivamente buena; la voz cantante la llevaba un tío con un bombo cuya única obsesión era que hiciéramos la ola. Qué jartible el nota. Nosotros optamos por presentar nuestros respetos al linié como ya va siendo costumbre. A grito pelao, eso sí. También bautizamos a nuestro recién estrenado portero Zlamal como Paco; decir ese nombre tan raro cuando saca sonaba mu raro.... El partido no daba para mucho más ya que el dominio del Cádiz no se transformaba en ocasiones, ni en buen juego, ni en ná... al menos el Girona no parecía que pudiera hacer gran cosa.

 

 

Sin embargo en la segunda parte iba a cambiar radicalmente la cosa. A los pocos minutos los catalanes nos cuelan el primero con un disparo desde fuera del área bien centradito. Todos vimos por donde iba a ir el balón antes de que el delantero rematara. Bueno... todos, menos Zlamal (Paco). Pocos minutos después el árbitro se inventa un penalty tras una alocada salida de Paco (digo Zlamal). Así que nada... casi sin enterarnos ya palmamos 2-0 y el partido tirado a la basura.  Menos mal que Gracia reaccionó y decidió amarrar el resultado. O esos es lo que se deduce con los cambios que hizo quitando a Ogbeche (el único que llevaba algo de peligro) y otras genialidades similares. Resultado: dos golitos más del Girona. Apaga y vámonos, picha... los muertos del Cadi.

Para colmo, los jugadores toman las de villadiego y no se dignan a saludar al personal. Digo yo que, por muy mosqueado que estés, cuando estás jugando a más de 1200 kms de tu casa, y tienes una grada llena de camisetas amarillas, que, a diferencia de los que pisan el campo, no son profesionales, a los que, en lugar de ganar dinero con eso, les cuesta el suyo (y que no sobra precisamente) y no poco tiempo, lo mínimo que debes hacer es mandarles un saludo y agradecerles el apoyo, máxime, después de lo que han tenido que ver en este partido en particular.

Tras el partido, Néstor se va y nosotros nos vamos a patita al centro. La tarde se presenta deportiva: el Atleti juega a las 6, el Madrid a las 8 y el Barça a las 10... menudo planazo!!! Viendo el partido de los colchoneros cerquita de la pensión, vamos haciendo turnos para asearnos por dentro y por fuera. El pobre Sr. Borrás va a tener que cobrarnos un extra para poder pagar al fontanero... esas cosas no se destascan tan fácilmente....

 

 

Para ver el partido del trampas nos metemos en la cervecería Excalibur donde nos obsequiamos con ricas viandas espumosas de diversos puntos del planeta. Creo que Sergio ya va borracho y que se lo digamos no le hace mucha gracia (ayyyyy...). De allí vamos al Museu del Vi, un restaurante muy majo donde además se podía ver el partido del trampes. Costillas de cabrito, entrecots a la parrilla, conejo con ali oli, escalivadas y vino de la casa son nuestras viandas. Con el estómago bien lleno al fin llega el momento de tomarse unos cubas.

El lugar elegido es un pequeño garito llamado La Placeta. Sergio con su gracia (ayyyy...) particular intenta ligarse a la camarera. Y voto a Deu que casi lo consigue... consiguió que la pobre chica le regalara una rosa y todo. Para la próxima a ver si convences a la chavala para que invite a unas copas. También con su especial gracejo consiguió que un chaval adepto a ERC entablara conversación con nosotros. El menda hasta nos contó el origen de la tradición de los castellers. Afortunadamente, José Luis pilló el testigo y se tiró toda la coche conversando con el nota. Los demás, entre copa y copa fuimos pasando al noche conversando animadamente.

Tras unas cuantas rondas Laura, Juan, Yoli y Diego se fueron a sus aposentos. La verdad es que a estas alturas ya no me acuerdo muy bien. Solamente sé que los del bar nos llevaron a una disco que se llamaba La Planeta... después de que no nos dejaran pasar a un sitio que se llamaba Mon Apart. En este lugar nos damos cuenta de que todas las tías son feas y que hablan muy raro... y que Sergio arrinconó a la camarera de La Placeta a saber con qué intenciones... Con un pedo como un piano finalmente conseguimos llegar a la pensión. Ni idea de qué hora era, oiga. Solamente recuerdo que camino de vuelta me caí al suelo y que en una plaza había una señora con una lavadora a cuestas.


 

 

Domingo 22 de noviembre. 13:00 h.

Me despierto y veo que José Luis se ha ido. Ahora que recuerdo creo que se fue hace ya un buen rato protestando porque un oso se había metido en la habitación... o algo así. Sergio dice que tiene una erección y que se queda un rato más en la habitación, así que decido salir a la calle y encontrarme con los compañeros de fatigas. Doy con ellos a los pies de La Leona; de allí partimos a hacer una breve visita cultural y hacer unas fotillos por la Catedral, la Muralla, el Barrio Judío y todos esos sitios donde suelen ir los turistas. Frente a un museo (no el del jamón precisamente) nos quedamos a comer.

Parece un acogedor restaurante con unos precios razonables. Damos buena cuenta de otras especialidades de la tierra: scargots, habas a la catalana, ternera con setas, bacalao y otros manjares regados con bien de cerveza y vino con casera catalana. Tras la comida parte de la expedición tiene que partir para Madrid, así que nos despedimos y nos metemos de nuevo en el Excalibur. La verdad es que en este lugar hay cuatro calles con cuatro bares y poco más. Ya por la noche intentamos ir al bar heavy del lugar, el Maidens, pero estaba cerrado. Por el camino José Luis decide miccionar en un muro que tenía unas sospechosas cámaras de TV apuntando... José, joder, que eso es la comisaría!!!

Antes de volver a la casa del Sr. Borrás hacemos parada técnica en lugar llamado The River que no parecía que pusieran mala música. Nos metemos en él y descubrimos que tienen una carta de whiskies y cervezas increíble. Nunca había visto un whisky japonés!!!! Tras unos pelotazos damos por concluído el desplazamiento. Había que levantarse a las 4:30, ir al aeropuerto, pillar el vuelo a las 6:30 y llegar a Madrid para ir al curro del tirón. Otro planazo.

De lo que pasó cuando fuimos a sacar el coche del parking de Barajas ya hablaremos en otro momento...

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CREACIÓN FICHA: 27/11/2009

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 27/11/2009

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