Por unos minutos parecía que el milagro se vestía de nuevo de amarillo, pero al final nuestro empuje y ganas no fueron suficientes para evitar el triste desenlace

¡Ay qué nervios! El miércoles anterior habíamos empatado ante la Real Sociedad, y todo parecía abocado al desastre. Pero ese empate llegó en el último minuto, y a los cadistas nos basta eso para creer en los milagros. Otra cosa sería “contra natura”, es como si los italianos, de repente, no se sintieran cómodos con el “catenaccio”. Nos gusta vivir en el filo de la navaja, así es desde muchos años, y ahora, tanto tiempo después de haber pasado por estas situaciones, hasta se echa de menos.

Estrella es la primera en “inaugurar” el local. Nos estaremos jugando mucho, pero no dejamos de ser nosotros, y aquí de “madrugar” (habíamos quedado a las doce, y cerca de la una aún seguía Estrella sola), nanay. Hay tensión y nervios en el ambiente, aunque casi no se habla de las carambolas. Porque ya solo queda una carta, ganar los dos partidos y esperar el milagro. Todas las cábalas de la semana anterior descansan hace tres días en las recicladoras de papel.



A partir del mediodía ya sí, se van incorporando nuestros amigos peñistas. Aparte de un servidor, aparecen los jóvenes papás Jota y Leticia, con su pequeña Paula, celebrando con nosotros el día de la madre. Chele y Maite también vienen (espectacular regate que hace el primero y se queda todo el día con nosotros, rechazando el almuerzo con la señora madre de Maite, eso no se hace Chele!), aparecen también nuestros amigos de Cadistas Finos (que forman parte de la inmensa marea que como siempre, acompaña al Cádiz allá donde vaya), Araceli y Doña también se dejan ver, Merche decide que las dos de la tarde es una buena hora para levantarse y finalmente Jose Luis (el primo), que viene de ver ganar a su Rayo (“nosotros también lo vamos a conseguir!”). Que poquito hace todavía que estábamos como ellos, sufriendo hasta llorar por cada punto para salir de ese pozo inmundo.

Cervezas, tapas, algún que otro aquarius (para horror de algunos), una paellita, “que si que lo conseguimos”, retazos de fe cadista, ese Alonso al que nadie le tose, “menos mal que el Xerez parece que no sube”, …, y también, aunque con la boca chica, las posibilidades de mantenerse. Tenemos que ganar, tenemos que ganar,…ains que angustia.



Se va acercando la hora. Esta vez sí, ya no hay más margen de error. Esa tarde podemos tocar el cielo o el infierno. Pero desde luego ya no se podrá decir más “bueno, el siguiente ganamos”. Vamos a darle un palo a estos del Getafe, que se enteren de quien tiene solera aquí.

Después de divertidas discusiones sobre distancias, tiempos y milagros “desplazatorios” (consultar sección como ir al sur en menos tiempo pasando antes por el norte), nos repartimos en los coches. Casi no cabemos. Somos muchos, algunos pasados de kilos, y además, llevamos ocupantes extras, la ilusión de reflotar un submarino que más que nunca parece haberse llevado la peor parte de una pelea con el Potenkim.

Otra vez a las puertas del Coliseum Alfonso Pérez ese (vaya nombrecito). Hace dos años ya habíamos estado allí. Es curioso que en ambas ocasiones casi ocupábamos la misma posición (entonces recién llegados a Segunda, ahora a punto de hacerlo), pero esta vez los sentimientos son encontrados. Entonces estábamos como locos por estar allí, ahora vamos con el rictus algo encogido, no queremos que sea el escenario de nuestro ahorcamiento. Nos reencontramos con viejos amigos: Lourdes y su clan por fin dejan verse de nuevo, lo mismo que Maite (la de Leganés) que esta vez se ha dejado al “chofer” Poli trabajando, aunque viene con su hermana y un Javi Cuenca, más de un año en paradero desconocido, hace su espectacular aparición.



Empieza el partido. Pos parece que no la tocamos mal. Este Lobos es un crack. Mira que control, ahí va que dispara, yyyyyyy, GOOOOOOOOOOOOOOL. Estos del Getafe no se enteran de na, venga que nos lo llevamos, VENGA QUE LO CONSEGUIMOS!!!!! Llegamos al descanso ganando, pero ni en Zaragoza ni en Santander nos favorecen los resultados. Hay que tener fe, van a llegar, van a caer, seguro!! Empieza la segunda parte, tenemos el partido controlado. Y de repente, el minuto mágico. Nos olvidamos de nuestro encuentro, el marcador simultáneo de repente se vuelve loco. Irigoyen se ha removido allá donde esté, y está haciendo de las suyas. Zaragoza y Osasuna le marcan sendos tantos, casi al mismo tiempo, a Alavés y Racing. Dios mío que llegamos, que ahora mismo estamos salvados, gracias Cádiz!!!!!



El resto….ya lo conocemos. Esta vez el fútbol fue lógico, y lo que tan bonito pintaba en el minuto 60, en el 90 era lágrimas y decepción. Hay que aplaudir a los jugadores, no se puede hacer más. Han jugado todo el año en inferioridad técnica, y casi lo consiguen. Ya estamos pensando en volver cuanto antes. Los “subiditos” del Getafe no entienden nada de esto, y nos pitan. El tiempo pone a todos en su sitio, y por muy bien que les vaya ahora, ya recogerán los frutos de su soberbia. Nosotros a lo nuestro, esta camiseta y este escudo van a fuego, y el año que viene, volveremos a los campos de El Ferrol, Elche, Murcia, Albacete o Numancia, con la frente alta y luchando con la confianza de quien sabe que merece lo que persigue, volveremos a estar donde nos corresponde. Que aprovechen el resto de aficiones de Primera el año de tregua que les damos, porque no queda nada para teñir de amarillo otra vez sus estadios.

Manolain