Aunque fuimos poquitos y todo hacía indicar que el Cádiz perdería por goleada, la peña 1910 estuvo con su equipo en el Camp Nou
Por muy poco no estamos escribiendo aquí la crónica de un desplazamiento a un partido épico y escrito en mayúsculas en la historia del Cádiz. Parece que a nuestro equipo le viene bien medirse al Barcelona cuando éste está a punto de celebrar un título, porque por muy poco los nuestros estuvieron de nuevo a punto de dar la campanada.
Marchamos Merche, Jose (alias "El Primo") y un servidor (Manolo) temprano por la mañana, para evitar las aglomeraciones que seguro se producirían para salir de Madrid, en pleno puente de primero de mayo (acueducto en la Comunidad de las Siete Estrellas). Decisión acertada. Eso nos permitió llegar con mucha antelación a la Ciudad Condal, y más concretamente a Gavá, donde instalaríamos el cuartel general.
Además, esta pequeña desviación de la ruta que lleva a la capital catalana nos permitió observar una costumbre muy a nuestro gusto y que deberíamos importar en la Villa: bellas mujeres de países del este esperaban tranquilas en los andenes de las carreteras, imaginamos que para dar la bienvenida a los visitantes. Por respeto a nuestra fémina acompañante no nos acercamos a averiguar más, pero por sus amplias sonrisas (y otras cosas que no eran las sonrisas) podemos imaginar que la hospitalidad hubiera sido notable.
La segunda agradable sorpresa la vivimos en el propio cámping: directamente conectado a la playa. Ni nos lo pensamos: un ágape mirando al Mediterráneo, seguido de una tumbada al sol de lo más española (seríamos los únicos de dicha nacionalidad en la playa), que sólo se vio interrumpida por los gritos de esas criaturas llamadas niños y que deberían permanecer encerrados bajo llave hasta la tierna edad de 21 años.
Rápidamente nos dirigimos a Barcelona, donde nos mezclamos con el gentío en las Ramblas y el Barrio Gótico. Pocas camisetas amarillas para lo que esperabamos encontrar (y lo que nos encontramos de hecho luego en el estadio, como puede verse en la foto), y algún españolista que nos anima y nos pide que ganemos (como si no quisiéramos ya nosotros de por sí :-). Mojamos un poco los gaznates en uno de esos locales "auténticos", con fauna local muy variopinta, y ponemos ya sí rumbo al coliseo blaugrana. Hay nervios, pero tenemos poco que perder y mucho que ganar.
Muchos saludos de los hinchas locales, respetuosos y mostrando siempre verdadera simpatía por nuestro equipo. Eso sí, la frase de siempre: "suerte a partir de hoy".
Suerte tuvo el Barcelona de llevarse la victoria, pero ellos tienen a Ronaldinho y nosotros....no, esta vez no teníamos nada que rimara. Se nos fue una oportunidad única de hacer historia. Rijkaard, en rueda de prensa, tenía un cabreo importante, y despachaba a los periodistas, que lo asediaban (menos mal que tenían Champions y Liga prácticamente ganados) con cortos monosílabos. Hasta tuvo que reconocer que el Cádiz mereció al menos el punto. Cachís!!
El pequeño grupo se disuelve tras el partido: mientras unos buscan recuperar fuerzas de cara al largo puente vacacional, otros apuran las horas de diversión antes de tomar el puente "busero" de vuelta a casa. Sea como fuera, mereció la pena ver al Cádiz en el campo más grande de nuestro país. Que se repita pronto.
Manolain
